Cómo crear empresas sostenibles en épocas de crisis

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CÓMO CREAR EMPRESAS SOSTENIBLES EN ÉPOCAS DE CRISIS

 

El objetivo de las empresas exitosas es perdurar, el reto inicial es arrancar, poner en marcha un proyecto que impacte con soluciones innovadoras a necesidades sentidas por el segmento meta seleccionado (grupo de posibles clientes).

Para lo cual es determinante para la persona emprendedora alinear su proyecto de vida con su plan de negocios, de forma que mantenga la motivación para realizar actividades de por vida; para lograr la habilidad de mantenerse lo más cercano posible a su emprendimiento, “día tras día, se requiere enfoque, ser competente y gran pasión” (Weisul, 2013) por lo que se inicia.

Emprender es fácil; dado que “la esencia del espíritu empresarial radica en la percepción y la explotación de nuevas oportunidades, según Shumpeter” (v., 2011). Por lo tanto, lo difícil es articular una propuesta de valor auténtica, que genere experiencias positivas para el segmento de cliente, motivo por la cual debemos identificar las razones para dirigir una empresa propia, algunas de las cuales son:

  • Ser motor de crecimiento en el entorno (generando empleo y riqueza).
  • Atreverse a ser auténtico (a), porque “enrolarse en la actividad empresarial significa aventura” (Silva, 2014), la cual busca romper la rutina y descubrir nuevas posibilidades, la mente emprendedora corre a mil, el procesamiento neuronal es ágil para destacar, servir y crear.
  • Ser autónomo (a) y tener la libertad de tomar decisiones, asumiendo las responsabilidades y el resultado, no siempre óptimo de la operación empresarial.
  • Ser útil y dejar trascendencia, lo más loable es perdurar, aún en la mente de aquellos que nos reemplazarán.
  • Lograr libertad e independencia financiera, lo que permite estar en un proceso permanente de crecimiento y consolidación empresarial.

Para los emprendedores (as) con base universitaria (EBU), las posibilidades se intensifican en la medida que desarrollan habilidades como “personas con talento, ingenio y una visión estratégica, que logran importantes resultados a nivel empresarial y posicionamiento como profesionales” (Galindo, 2011), por lo tanto para identificar ideas de negocio perdurables, de forma que logren articular los tres pilares de la sostenibilidad:

  1. Desarrollo económico: como EBU han destinado tiempo, dinero y esfuerzo para descubrir, adaptar y direccionar apropiadamente herramientas para realizar proyecciones financieras que den cuenta de la rentabilidad esperada en diversos escenarios, al tiempo que logran dimensionar estrategias administrativas para lograrlo.
  2. Desarrollo social: como seres humanos somos emocionales, dados a la sensibilidad social, mediante la cual se investiga sobre problemáticas reales existentes en el entorno y promulgan alternativas de solución, se precia el beneficio a poblaciones vulnerables y se establecen diversas metodologías para incentivar la apropiación de herramientas de autogestión, de forma que impacten de manera positiva y trascendente al segmento meta seleccionado.
  3. Cuidado del medio ambiente: de forma tal, que se impacten positivamente los recursos naturales. Las empresas logran reconocimiento con procesos limpios, cuyo liderazgo los lleve a obtener certificaciones de sello verde y realmente respalden productos y servicios amigables con la conservación del planeta para las siguientes generaciones.

En este proceso de desarrollo, en periodos de sobrevivencia empresarial, se utilizan metodologías agiles, que permiten validar en el mercado real la pertinencia de su producto o servicio, desde la viabilidad, factibilidad y rentabilidad esperada.

Dado que “el emprendimiento es una prioridad para los gobiernos de todo el mundo y diferentes estudios han señalado la importancia de promoverlo”. (Rodríguez, 2020), es importante definir el nivel en el que se encuentran, según el informe global entrepreneurship monitor, (GEM) son cuatro categorías:

  1. Emprendedor potencial: Dan a conocer su intención de iniciar una empresa en los próximos tres años, se caracteriza por tener un conocimiento especializado y habilidades previamente desarrolladas para el negocio.
  2. Emprendedor naciente: Es aquella persona que inicia acciones emprendedoras como individuo y aún no genera empleo, se dan ejemplos desde el estudiante universitario que vende ropa a sus compañeros y en el proceso diseña modelos únicos, pero todo el proceso lo realiza solo.
  3. El nuevo empresario: Es aquel que genera empleo y está en una etapa de consolidación empresarial, puede demostrar que ha generado empleo durante más de 3 meses y lleva menos de 42 meses de actividad, en el ejemplo contrata colaboradores especializados en áreas funcionales y empieza a consolidar un portafolio de productos o servicios y crea base de clientes.
  4. Empresario establecido o consolidado: son aquellos empresarios (as) que han logrado sobrepasar los 42 meses de actividad, establecen procesos limpios, secuenciales y eficientes, lineamientos de contratación de personal por área de desempeño, consolidan áreas comerciales, de producción y financiera.

Las preguntas iniciales que se plantearía un emprendedor potencial es: ¿Estaré dispuesto a dedicar mi vida a este emprendimiento?, ¿cuál es mi propósito superior?, ¿estará alineado con mi plan de negocios?, respuestas no tan sencillas que invitan a tomar decisiones, como afirmo Andrew Carnegie “Sé por experiencia que la persona incapaz de tomar decisiones con prontitud, teniendo ya en mano la información necesaria, no merece la confianza, ni la oportunidad de ser puesto en situaciones en las que deba tomar decisiones críticas” y el emprendedor es un promotor de decisiones arriesgadas, por lo tanto la persona emprendedora se convierte en polo de desarrollo para su entorno y agente de cambio positivo para la sociedad.

Autor: Omar Galindo Serrano MsC. Docente de Emprendimiento.